Cuando buscamos una buena inversión inmobiliaria, primero investigamos el mercado y las tendencias de precios en diferentes áreas. Analizamos la oferta y demanda, revisamos el historial de precios y consultamos con agentes locales. Evaluamos el potencial de desarrollo de la zona, considerando futuros proyectos de infraestructura.
Una vez identificada una propiedad prometedora, revisamos su estado físico y legal con la ayuda de un inspector y verificamos que todos los documentos estén en orden. Finalmente, calculamos el retorno de inversión potencial y, con toda esta información, tomamos una decisión informada.
Una vez realizadas estas gestiones ponemos en marcha las oportunas reformas para adecuar y revalorizar la vivienda y nos encargamos de su posible venta o posterior gestión por los distintos medios de explotación.